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HERMANO MERO & HERMANA CABRA

EL CAMPEÓN EN LA INTIMIDAD

EL CAMPEÓN EN LA INTIMIDAD

No se si conoceréis las ilustraciones de Samivel, si no es así os recomiendo alguno de sus libros, como por ejemplo "Bajo la mirada de las chovas", que se puede encontrar facilmente en las librerias de montaña y está trfducido al español.

 

El caso es que si algo supo plasmar este artista en sus obras no fue tanto la montaña y sus paisajes, como el sentimiento del que se sumerge en ese paisaje.

 

De esta forma no todo es bello en sus dibujos, aunque el entorno si lo sea. A veces lo que se muestra es risible, como en las irónicas  imágenes de aquellos que trasportan a las cimas sus ambiciones y sus miserias; aquella que presenta una cola de esquiadores esperando a tomar un remonte y que empieza exactamente donde les deja dicho remonte, en lo alto de la pista, o aquellas otras que tituladas, si no recuerdo mal, “como fue”, donde se ve un par de escaladores temerosamente asomados en una modesta cumbre, y “como lo contaron”, donde la misma cumbre se ha vuelto notablemente más airosa, y los escaladores la escalan desafiantes.

 

Sin embargo, las más de las veces, Samivel nos trasporta a un paisaje de paz, de tranquilidad y de equilibrio; da igual que lo que veamos sea una vertiginosa arista de roca, o una imposible cornisa de nieve desafiando la ley de la gravedad. Es igual, el espectador no siente la necesidad de conquista, sino de permanencia, de sentarse y de contemplar.

 ¿Y a que viene todo esto? Pues bien, ayer estuve aprovechando una nevada temprana. En compañía de un amigo cojí mis esquís de fondo y me planté en el Puerto de Navafría.

 

Sobre las tres de la tarde mi compañero decidió regresar al refugio y yo continué solo. El cielo estaba gris, hacía frío y no paraba de nevar. Era lo que mucha gente diría “un día de perros”. Sin embargo yo estaba en el paraíso; la nieve limpia, recién caída, tapando las huellas de los que me habían precedido por la mañana. Los pinos cubiertos de un manto blanco. Y el silencio…

 

… El silencio, que no es tal, cuando por fin se escucha el viento, y el crujir de una rama o la nieve que cae de los árboles.

 

No había nadie en Navalcollado, ni posiblemente en el resto del mundo. Estaba completamente solo, dejándome deslizar por una suave pendiente, sin prisa y sin esfuerzo, lentamente, disfrutando de la soledad.

 

Y en esas estaba yo, cuando me acordé de una acuarela de Samivel. No es, ni de lejos, la más bonita que tiene, pero me acordé de ella. Se llama “El campeón en la intimidad”.

En ella se ve a un esquiador, el supuesto campeón, deslizándose por unas redondeadas lomas de color merengue, usando una poco elegante técnica que usan los principiantes para evitar que el esquí se acelere y  que se llama “la escoba”. El campeón sonríe mientras el humo del tabaco sale de su pipa.

 

En ese momento me sobraban todas las medallas del mundo. Todas las competiciones que quería ganar ya las había ganado. Si acaso, solo me faltaba el tabaco, y ni siquiera eso... Porque la sonrisa del campeón de Samivel ya la tenía en mi cara.

 

Texto: Hermano Mero

Ilustraciones: Samivel

IBÓN DE ACHERITO Y PICO ARALLA

IBÓN DE ACHERITO Y PICO ARALLA

En esta ocasión volvemos a la Jacetania, una de nuestras comarcas pirenaicas favoritas, para describir una ruta circular, que nos permitirá conocer uno de los ibones más occidentales del Pirineo, así como ascender a dos cumbres poco conocidas, pero con una posición estratégica, El Mallo Cristián y El Larraille o Aralla, según usemos el topónimo francés o Aragonés.

Comenzamos nuestra excursión en Güarrinza, lugar situado en el curso alto del río Aragón Subordán, y que como ya dijimos en otra ocasión, a pesar de que geográficamente formaría parte del valle de Echo (o Hecho, que de ambas formas se ve escrito), administrativamente pertenece al término municipal de sus vecinos de Ansó.

Mallo Cristián desde Guarrinza

Podemos dejar el coche en una pradera con mesas y bancos de piedra, situada a la izquierda de la pista asfaltada que sube desde el pueblo de Echo hacia Aguas Tuertas, justo en el punto donde acaba el asfalto, o bien, en la misma pista, en algún apartadero, con cuidado de no estorbar el tráfico de otros vehículos.

Comenzamos a caminar en esta misma pradera. Al final de la misma existe un puente sobre el río, el cual cruzaremos, para seguir por una pista de tierra hasta la confluencia con el barranco de Acherito. Hay que cruzar un vallado de alambre, justo en el punto donde existen varios paneles informativos y un par de carteles de GR.

Una vez cruzado el vallado por una portilla rústica dispuesta al efecto, tomamos un sendero que, rumbo norte, recorre el margen orográfico izquierdo del Arroyo de Acherito.

Poco a poco y de forma suave tomamos altura, alejándonos del fondo del barranco, para en unos diez minutos internarnos en otro barranco secundario; el de las Foyas.

El sendero continúa ascendiendo suavemente por la orilla orográfica izquierda del barranco, hasta que en una zona más llana cruzamos el escaso riachuelo. A partir de este momento el sendero gana en inclinación y asciende realizando varios zigzag por la ladera, desprovista de arbolado como el resto de la excursión.

Nada más pasar una zona más pedregosa, ya a bastante altura sobre el fondo del barranco y justo debajo de la zona donde la ladera se convierte en pared rocosa, el sendero se bifurca. Nosotros seguiremos el de la izquierda, que cambia de dirección y continúa a media ladera, rodeando el Mallo Cristián. El otro sendero será por el que regresemos al finalizar la excursión. En toda esta zona tendremos unas vistas estupendas de las montañas que rodean la Selva de Oza; el Castillo de Acher, Agüerri, Bisaurín, Lenitos, Peñaforca y sobre todo de la estupenda proa del Chipeta.

 

Castillo de Acher desde la ladera del Cristián

 

Al fondo, el Chipeta

Continuamos nuestro rodeo, traspasando varias lomas secundarias, hasta situarnos de nuevo sobre el barranco de Acherito, lo que nos dará inmejorables vistas sobre el Collado y el Pico Petraficha (o Quimbóa), Gorreta de los Gabachos, Chinebral de Gamueta y Mallo Acherito. Poco a poco nuestro sendero vuelve a tomar dirección norte, por zonas ya ocupadas por pastos alpinos, hasta que finalmente demos vista al bucólico Ibón de Acherito. Hasta aquí habremos invertido unas dos horas de marcha, por sendero muy marcado, dado que este lugar es bastante frecuentado por excursionistas.

Este Ibón, como ya hemos dicho, es uno de los más occidentales de la cordillera, y se sitúa en un definido circo glaciar que no veremos hasta encontrarnos en la mismísima orilla, y que está abierto hacia el oeste y delimitado por una alta loma herbosa al norte, fronteriza con Francia y por la que podríamos llegar fácilmente al collado de Acherito. Inmediatamente al este de dicha loma se sitúa la Peña del Ibón, una marcada brecha y las dos cumbres gemelas del Laraille. Finalmente, al sur de dicho pico se sitúa la cumbre principal del Mallo Cristián, también llamado en algunos mapas como Mallo de las Foyas. Este será nuestro primer objetivo.

 Ibon de Acherito

Después de haber disfrutado del entorno, y desde luego que el lugar merece un buen rato de tranquilidad y contemplación, reemprenderemos la marcha dirigiéndonos hacia el fondo del circo, aprovechando un sendero que bordea el Ibón, cerca de su orilla derecha, según el sentido de la marcha.

Una vez en el fondo del circo observaremos que está ocupado por una enorme pedrera que en su punto más meridional llega hasta la misma cresta. Es hacía allí donde debemos dirigir nuestros pasos. La forma más cómoda para ello es atravesar una zona de grandes bloques de piedra, hasta alcanzar una loma herbosa que bordea gran parte de la pedrera por su izquierda y que nos sitúa por debajo de la cumbre del Mallo de las Foyas.

 Ascendiendo. Al fondo Petrechema y Mallo Acherito

Ascendemos por esta loma que progresivamente se vuelve más inclinada. Pronto comenzamos a ver hitos de piedra y restos de senderos que por fin nos introducen en la pedrera. Hay una zona algo más vertical, aunque en ningún momento complicada (en verano y sin nieve o hielo, claro) y el sendero cada vez se hace más evidente. Nada más pasar esta zona más inclinada nos situamos bajo una marcada horcada, muy evidente y a tiro de piedra, pero debemos evitar la tentación de subir por allí, en su lugar flanqueamos la pedrera hacia nuestra izquierda y por unos grandes bloques de roca, subimos los últimos metros que nos quedan hasta la cresta.

 Aralla desde la Pedrera

Desde el Ibón, que vemos a nuestros pies, hasta aquí habremos tardado de media hora a tres cuartos. En el punto donde nos encontramos; un collado entre la cresta del Laraille y la cumbre del Mallo de las Foyas o Cristián, tenemos a tiro de piedra esta última cumbre... Apenas diez metros, nos separan de ella, por lo que merece la pena subirla.

 Aralla desde el Collado

Esta cumbre domina todo el llano de Guarrinza, por lo que las vistas sobre las cumbres que rodean esta zona, la Selva de Oza y el Barranco de Acherito son muy buenas, aunque similares a las que venimos disfrutando durante toda la excursión. También tenemos buenas vistas sobre las cumbres de Linza y Larra la novedad se encuentra en la visión del Ibón de Acherito desde su vertical, y de la multitud de cumbres pirenáicas que asoman detrás de la cresta del Mallo Cristián. De todas ellas despunta la doble cumbre del Midi D`Ossau.

 

Anie, Mesa de los Tres Reyes, Petrechema y Sobarcal

 

Chipeta y Petraficha, desde la cumbre

 

Ibón, Mallo Acherito y Chinebral de Gamueta

Mas cerca tenemos las cumbres que rodean las Foyas de Santa María; a parte del mismo Mallo Cristián, destaca el Laristé, el pico más alto de esta zona y el Laraille, muy cerca de nosotros.

Aquí tenemos dos opciones; bien bajar desde la cumbre, directamente al fondo de las Foyas, por terreno alomado al principio y aprovechando un sendero bien marcado en la pedrera, después, o bien atacar la cumbre del Laraille (o Aralla). Si optamos por lo segundo debemos retroceder hasta algo más abajo del collado donde alcanzamos la cresta, y por donde mejor veamos retomarla de nuevo (es lo más cómodo). La seguimos, más o menos por la parte más alta, esquivando los resaltes más dificultosos por su lado oriental (el que da a las Foyas), ya que el otro cada vez se vuelve cada vez más escarpado, hasta convertirse en una pared completamente vertical.

Cuando lleguemos a la zona donde la cresta toma mayor inclinación, al pié ya de la cumbre, lo mejor es alejarse de su borde, y siguiendo las trazas de un sendero pasarnos a la inclinada ladera que da vistas a las Foyas de Santa María. El sendero poco a poco nos introduce en un ancho canalizo de piedra y hierba, por el que finalmente alcanzamos la cumbre. Hasta aquí habremos tardado una media hora desde la cumbre del Mayo Cristián (3 horas desde el inicio).

 Cumbre del Laraille

Las vistas desde aquí son similares a las de nuestra anterior cumbre, con la diferencia que perdemos referencias hacia Guarrinza y las ganamos hacia Francia y el Valle de Lescún, donde podemos observar las impresionantes Agujas de Ansabere. También aparecen ante nuestros ojos el Pico Petrechema y la Mesa de los Tres Reyes. A pocos metros de nosotros aparece la cumbre gemela de la Aralla, de igual altura, pero desplazada hacia el oeste, por lo que ninguna de sus laderas cae sobre las Foyas de Santa María. Ambas cumbres son impresionantes, cortadas a pico sobre el lago de Acherito. Finalmente también podemos ver todo el cordal que llega hasta el pico Laristé, cerca del Puerto del Palo.


 Lescún desde Laraille

 Cumbre gemela del Laraille

 Cordal hacia el Puerto del Palo

Para descender del pico, lo mejor es retroceder por el mismo sitio por donde vinimos, hasta que veamos más o menos cómodo el descenso directo al sendero que se ve más abajo, en mitad de la pedrera (el mismo que comentamos anteriormente por si decidíamos no hacer cumbre en la Aralla). Personalmente, creo que lo mejor es llegar prácticamente hasta el collado cercano al Mallo Cristián; nosotros, intentamos descender directamente desde el canalizo de acceso a la cumbre, y terminamos desistiendo, dado lo incómodo del terreno.

En cualquier caso, elijamos el descenso que elijamos, debemos terminar en dicho sendero y seguirlo hacia el norte, bordeando toda la ladera este de la Aralla. En principio nos encontramos en una inmensa tartera, cubierta de rocas, sin embargo, al llegar a una horcada situada inmediatamente al noreste del pico y con vistas hacia Francia, comenzaremos a descender por terreno cada vez más cómodo, donde la hierba va ganando terreno a la roca.

Bajamos por esta vaguada, dejando a nuestra espalda el pico que acabamos de hacer, hasta que encontremos un senderito marcado con hitos que cambia de dirección, hacia nuestra derecha. El sendero se introduce en una zona algo caótica, llena de pequeñas alturas y dolinas cubiertas de hierba. Otra opción, para alargar nuestro agradable paseo por esta zona tan solitaria es no girar a la derecha tan pronto, sino llegar a un pequeño collado desde el que se observa, bastante más abajo de nuestra posición una gran pradera, y un marcado sendero que conduce hacia el Puerto del Palo. Si lo deseamos podemos bajar hasta esas praderas, o bien torcer hacia la derecha en el mismo collado, sin sendero pero sin ninguna dificultad.

 Aralla desde las Foyas de Santa María

En cualquier caso debemos bajar a la parte más alta del Barranco de las Foyas, allí donde dicho barranco pierde inclinación y se abre hacia el inmenso circo en el que nos encontramos, al que por cierto, cierta amante de la fauna, rebautizó con el nombre de “Ciudad de las marmotas”, por razones bastante obvias...

Una vez que estemos en el curso del barranco debemos descender por un buen sendero que recorre su orilla orográfica derecha. Poco a poco vamos alejándonos del cauce, casi siempre seco, hasta que finalmente encontremos el cruce con el sendero que conduce al Ibón de Acherito, por donde ya pasamos al inicio de nuestra excursión. Desde aquí solo queda desandar lo andado, por terreno ya conocido.

Toda la bajada desde la cumbre nos habrá llevado unas dos horas y media, y en total, toda la marcha supondrá unas cinco horas y media o seis horas, sin correr, es decir, se trata de una excursión bastante gratificante, agradecida y no muy cansada.

DIFICULTAD: Media. Sendero bastante marcado hasta el Ibón de Acherito. Zona de alta montaña, con pedreras y algún que otro punto donde habrá que trepar, para llegar a la cumbre, y descenso por senderos algo confusos, pero por zona de facil orientación. En general, en condiciones estivales no existen peligros, salvo en la subida final a la cima. En invierno la cosa cambia. Imprescindibles piolet y crampones.
HORARIO: 5:30 O 6 horas, a paso tranquilo.

CARTOGRAFÍA: “Belagua, Anso, Echo.” Colección Cuadernos Pirenáicos. 1:35.000. Sua Edizioak. 2000.

Texto y Fotos.: Hermano Mero.

STOP DESEQUIPAMIENTOS

STOP DESEQUIPAMIENTOS

Como muchos ya sabréis, en los últimos tiempos muchas zonas de escaladas tienen nuevo propietario.... Se trata de esa gente que en posesión de la verdad absoluta y defensores de la libertad de opinión... Siempre que opines igual que ellos, claro, se dedican a robar las chapas de las vias de escalada que ellos mismos consideran que sobran.

Evidentemente lo que opinen los demás, incluidos los equipadores y aperturistas de dichas vías se la trae flojísima, porque para eso ellos son los jefes del lugar, oiga, los chicos malotes, los que molan de verdad, y además estan cargados de la razón que otorga ser los más puristas y los verdaderos depositarios de la verdadera ética escaladora.

Mucho me temo que tanta ética y tanta hostia no es más que una excusa para hacer lo que les viene en gana y de paso ahorrarse comprar las chapas para sus propias vías, que granito a granito, se hace molino... Lastima que esto, a parte de estar muy feo, sea peligroso. Si alguna vez, y esperemos que esto no suceda, alguien tiene un accidente porque un seguro no está donde debería, ¿que pasará?... Bueno, imagino que estos "heroes" en la sombra pensarán; "mala suerte, por escalar lo que no debías". Es lo que se llaman "victimas colaterales", ¿no?

Quizás no sirva para hacerles cambiar de opinión (¿¿¿ como va a cambiar de opinión aquel cuya opinión es la verdad ???), pero la iniciativa que se ha tomado en el foro Via Clásica, en la que se propone que todos hagamos visible el logo que encabeza este artículo, si que servirá para que los afectados por esta peste comencemos a unirnos y a saber que somos muuuuchos más.

Así que nada más que añadir, salvo una frase que dijo, no recuerdo quien, pero en la que debería pensar esta gentuzilla:

"El mejor escalador es el que disfruta más escalando"

 

BREITHORN, PRIMER CUATROMIL

BREITHORN, PRIMER CUATROMIL

Algunos os habréis dado cuenta de que el título de este artículo es un guiño al libro, muy recomendable, por cierto, "Annapurna, primer ochomil", de Maurice Herzog, salvando las distancias, claro, aunque por otro lado sean casi insalvables. Digo esto porque mientras en el libro de Herzog narra la primera escalada realizada a un ochomil en el Himalaya, aquí se trata de contarós nuestra humilde ascensión al Breithorn, una de las montañas de más de cuatromil metros más sencilla de los Alpes, y a la vez más populares.

Pero que queréis que os diga; pese a esa sencillez, disfrutamos como cochinos viendonos rodeados de hielo, glaciares, y por los picos más altos de los Alpes. Al fin y al cabo se trataba de la primera vez que la Hermana Cabra y el Hermano Mero subían a tanta altitud, y la experiencia no defraudó. Las vistas desde la cima (y desde mucho antes de llegar a ella) son espectaculares... Desde los cercanos Cervino, Castor, Pollux y Liskham, hasta los lejanos macizos del Mont Blanc, Grand Combin y Gran Paradiso, pasando por el Monte Rosa... En fin, un paraiso de hongos nevados, glaciares y aristas de vertigo.... Y todo eso por el modico esfuerzo que supone subir menos de 700 metros de desnivel y hacer frente a la nevada pala final de la ruta normal, que no supera los 35º de inclinación.

La aproximación a la montaña se ve facilitada por los medios mecánicos existentes. Desde Zermatt (Suiza), podemos subir en telecabina hasta la estación de Klein Matterhorn o Piccolo Cervino, (3.880 m), con lo que la ascensión se reduce aún más que si se opta por subir desde el lado Italiano (Breuil-Cervinia), que fué nuestra elección. En este caso los remontes nos dejan a la altura de 3.480 m, en la estación superior del telecabina de Testa Grigria, 685 m por debajo de la cumbre.

Por desgracia estas facilidades suponen también que la zona no sea precisamente un ejemplo de montaña en estado natural y solitaria, más bien todo lo contario. Posiblemente nos veamos obligados a compartir "nuestra" cumbre con decenas de personas, por no hablar del lamentable espectaculo de la montaña humanizada mediante telesillas cables y demás, porque en el Plateau Rosa existe un centro de esquí veraniego, que aprovecha las nieves del glaciar incluso en agosto.

Por lo tanto, una vez comenzamos la ruta, y durante su primer tramo, nos vemos obligados a caminar entre los remontes y pistas de esquí, hasta alcanzar el Plateau del Breithorn, a unos 3.800 m, donde se acaban los artilugios mecánicos. Desde aquí la ascensión no da lugar a dudas, atravesar el enorme rellano helado hasta el Collado Breithorn, y desde aquí seguir las huellas de la ruta normal, que hace un par de zig-zag por la ladera que tenemos sobre nuestras cabezas, hasta llegar a la cumbre, o bien, desviandose un poco hacia la derecha, alcanzar el collado que separa el Breithorn occidental, o cumbre principal (4.165 m), del Breithorn central, algo más bajo, y una vez allí, coger a nuestra izquierda, la arista que conduce a la cima. Eso si, esta opción es más complicada; la arista puede impresionar, y no admite un error; es estrecha y tanto hacia la ladera sur, como especialmente hacia el norte, tenemos cientos de metros de caída.

Una buena opción, si no hace viento y las condiciones son buenas, es subir por el collado y la arista oriental, y bajar por la ruta normal. Esta fué la ruta que nosotros hicimos.

Por último, una aclaración; el hecho de que este sea uno de los cuatromiles más asequibles no significa que esté exento de peligros ni de dificultades, ni que podamos ir sin tomar las precauciones necesarias.

No podemos olvidar la altura a la que estamos, lo que implica, por ejemplo, frio, bastante frio. En nuestro caso, a pesar de tener un sol radiante y ni una sola nube, es decir un dia privilegiado, tuvimos que usar guantes y forro polar grueso, en pleno mes de agosto. No quiero imaginar lo que puede ser aquello con un buen marrón sobre nuestras cabezas... Marrón que no es extraño que se monte, porque no hace falta decir que la meteorologia en la montaña es bastante variable (de hecho el día siguiente al de nuestra ascensión el tiempo estaba bastante más inestable).

Además, el hecho de usar los remontes para comenzar a caminar a gran altura, tiene un inconveniente; nuestro cuerpo no se aclimata a la altitud y podemos sufrir las consecuencias, que se pueden traducir en agotamiento o dolor de cabeza, en el mejor de los casos.

Ni que decir tiene que el plateau glaciar bajo la cumbre, con niebla, sin referencias y en terreno casi llano, es el lugar ideal para perderse, pero sobre todo, tampoco hay que olvidar que estamos en un glaciar.... Un glaciar poco agrietado y muy frecuentado, por lo que la ruta a seguir, generalmene estará clara por las pisadas de los que nos precedieron, pero es un glaciar al fin y al cabo, y... ¿Quien nos asegura que esa nieve que oculta una grieta y que ha soportado el paso de miles de personas no va a ceder justo en la  mil y una?... O sea, a nuestro paso

Por eso hay que ir equipados con el material necesario (piolet, crampones, arnes, cuerda, etc...) y sobre todo, tener los conocimientos suficintes para usarlos y atravesar un terreno glaciar con seguridad, o en su defecto, contratar los servicios de un guia. En nuestro caso acudimos a la Asociación de Guías del Cervino, donde nos proporcionaron tanto el guía como el material necesario.

En definitiva, una bonita y asequible actividad, tomando las precauciones necesarias, que esperemos que sirva para que dentro de poco tiempo podamos hablar de un segundo cuatromil, un tercero, un cuarto....

 Os dejamos con unas fotos de la ascensión; ¡ Que las disfrutéis!

Texto: Hermano Mero

Fotos: Hermano Mero y Hermana Cabra

Música: Frozen (Madonna)

Croquis: Google Earth

 

¿DONDE ESTÁN LOS INCENDIOS DEL VERANO?

Pues eso.... Que estamos a mediados de Julio y mientras otros años ya se habían arrasado hectareas de monte a cascoporro, este año, por mucho que se miren los telediarios, ni sombra del fatídico humo.

Y que conste que me alegro, evidentemente, pero es que uno es mu`mal pensao y no puede evitar que se le retuerza el colmillo:

¿Sera porque este año todos los piromanos están en la carcel?

¿Será porque los que deben velar por nuestros bosques  trabajan con una eficacia inaudita?

¿Será porque los agricultores ya no hacen quemas?

... ¿O será que con la crisis inmobiliaria, ya no es negocio el terreno quemado?

Bueno... A lo mejor no es nada de todo eso, y es que las hordas de montañeros, senderistas y excursionistas provistos de parrilla en la mochila y dispuestos a hacer fuego donde sea, tal como nos monstraba el anuncio del Ministerio de Medio Ambiente del año pasado, han decidido sentar la cabeza y dedicarse a actividades menos subversivas como ver Operación triunfo o Gran Hermano...

... Porque hablando de Gran Hermano, lo que no quiero pensar es que si que esté habiendo incendios, y las televisiones nos estén escondiendo las imágenes.

Si es que semos mu`mal pensaos !

GREDOS; ENTRE EL PUERTO DEL PEÓN Y EL DEL ARENAL

GREDOS; ENTRE EL PUERTO DEL PEÓN Y EL DEL ARENAL

No necesitamos ninguna excusa para hacer esta ruta, pero en el caso de que la buscáramos, no encontraríamos una, sino varias; conocer dos caminos de paso tradicionales muy bien conservados, como son el Puerto del Peón y el del Arenal, ascender el Peñón del Mediodía (2.219 m), la cumbre más elevada de Gredos al oeste del Puerto del Peón, y por último, conocer los espectaculares valles, cubiertos de bosque, que se alzan sobre los pueblos del Hornillo y el Arenal.

 Para ello, llegamos con el coche hasta el pueblo del Hornillo (Ávila), y justo antes de entrar en el casco urbano tomamos una carreterita forestal que nos deposita en la plataforma de Mingo Fernando, donde nos preparamos para realizar esta ruta circular de dos días, que conocimos gracias al Foro de Sistema Central y a los compañeros David y Malicioso.

 

PRIMER DIA. Mingo Fernando – Peñón del Mediodia – Alto de las Campanas

Horario: Unas 8:30 horas de marcha, sin contar paradas

Denivel: Unos 1300 m

Dificultad: Poca, salvo por el esfuerzo a realizar. Caminos bien señalizados y trazados, o cordal de facil orientación, salvo en algún punto. En condiciones invernales, la cosa puede cambiar.

Comenzamos a caminar por el camino que surge del mismo aparcamiento, y que, marcado como sendero de pequeño recorrido (PR-AV 18), nos conducirá hasta el mismo puerto del Peón en unas 3 horas de marcha. Pero no adelantemos acontecimientos, para llegar al Puerto aún queda mucho.

El camino por el que caminamos bordea la valla de una finca y poco después, tras sobrepasar unos prados que vemos a nuestra derecha, entramos en el pinar y nos encontramos con un refugio en regular estado.

Al lado del refugio hay un cruce de caminos; un ramal se dirige a la orilla del río Cantos, que tenemos muy cerca, y otro mas a la derecha, sigue en la misma dirección que traíamos. Cogemos este último.

Pronto veremos una bonita cascada. Nos acercamos a verlas, pero teniendo en cuenta que el camino gira a la derecha unos metros antes de llegar a ella. 

Cascada al poco de comenzar el camino

A partir de este punto el sendero se empina y comienza a ganar altura entre el pinar, haciendo varias zetas, hasta llegar a una pista forestal. Cruzamos la pista y continuamos nuestro camino, que pronto se introduce en la vaguada del Arroyo de las Alforzas.

Cruzamos el arroyo. A partir de este momento, el pinar es cada vez más escaso y empieza a ser sustituido por los piornos, mientras que vamos teniendo vistas, cada vez más espectaculares, del espaldar de los Galayos.

Subiendo al Puerto del Peón

 Espaldar de los Galayos 

 El gran Galayo de fondo

El camino, muy bien trazado y empedrado durante bastantes tramos, termina por salir de la vaguada y nos lleva a una zona ocupada por grandes bloques de roca, que constituyen un estupendo mirador de la zona de los Galayos y del río Cantos.

 A partir de aquí atacamos una amplia loma, terminada la cual volvemos a ver, esta vez desde más alto, el arroyo de las Alforzas. Muy cerca del sendero encontramos la fuente del Peón Bajo.

Una mirada atrás

El camino sigue su ascensión, hasta llegar a un punto donde pierde algo de altura y se encuentra con la fuente del tío Feolo. Justo después, volvemos a recuperar la altura perdida, por una zona preciosa, donde la roca, la hierba y el agua se unen, teniendo siempre como fondo la zona de los Galayos y la Mira, que comienza a intuirse. De esta forma llegamos a la fuente de Herveros, con varios pilones escalonado y que invita a un descanso, a estas alturas merecido.

 Gran Galayo, canal Seca y canal Reseca

 Solo nos queda afrontar un par de cuestas más y por fin, nos encontramos en el Puerto del Peón. Aquí podemos observar el contrate entre las vertientes norte y sur de la sierra; por un lado suaves lomas y largos valles, en dirección a los pueblos de la cara norte, y por el otro, laderas mucho más verticales, y el fondo de los valles de una vegetación exuberante.

 Habitantes de Gredos

 Seguimos nuestra excursión siguiendo el Cordal de la Sierra en Dirección Este, hacia la cumbre del Peñón del Mediodia, desde el que tenemos unas vistas increibles en todas direcciones; al Norte el valle del Tormes y la sierra de la Paramera, al Oeste lo que queda de Gredos (que no es poco) en dirección al puerto del Pico y el macizo Oriental, al Sur el Tietar, y al Este el ya familiar macizo de la Mira, y el Circo de Gredos.

 

La mira y los Galayos  

 Circo de Gredos

 Cumbre del Peñón del Mediodia

Continuamos la marcha siguiendo el cordal en dirección al Puerto del Arenal, pasando por el Risco del Aguila y El Mojón de las Tres cruces, para perder inmediatamente después bastante altura.

Hay que decir que en todo este tramo el sendero no está apenas marcado, por lo que tendremos que buscar el mejor camino, procurando buscar siempre la divisoria de vertientes, donde la roca gana terreno al piorno. De lo contrario, y si nos desviamos demasiado hacia la vertiente norte, tendremos que enfrentarnos a esta simpática planta, que en algunos puntos alcanza un espesor bastante considerable, llegando a hacer bastante cansado el avance.

 Dejando atrás el Peñón del Mediodia

  Recorriendo el cordal

Ascendemos a la cota anterior al Puerto de la Cabrilla (el Paredón), pasamos por dicho puerto(merece la pena asomarse a la cara sur para observar la inclinación de la ladera que el camino del puerto tenía que negociar), y por la Peña Cabrilla, que al estar algo desplazada al sur, respecto a la cuerda principal de la Sierra tiene unas estupendas vistas.

Superada Peña Cabrita, continuamos con el cordal, dejando ahora a nuestra izquierda (norte) una zona de pastos, llamada en el mapa del IGN  Llano de las Vacas.  Nada más dejar esta zona detrás, subimos otra pequeña cota, muy llana y cubierta de piorno, sin ninguna cumbre diferenciada, donde volvemos a encontrar señalizaciones de un nuevo PR, esta vez del que atraviesa el Puerto del Arenal. Seguimos estas marcas, que continuan por el cordal, hasta llegar a un collado, con un corral de piedras, donde el sendero cruza a la ladera norte, y rodéa la última cota antes de llegar al Puerto del Arenal, donde un acogedor prado, y un enorme hito, que marca el inicio del camino del puerto, nos dan la bienvenida.

 Desde el puerto del Peón habremos tardado unas cuatro horas y media.

 Puerto del Arenal y Peñita Arenas

Comenzamos el descenso por el camino del puerto, bajo la atenta vigilancia de las paredes de Peñita Arenas. El camino está, si cabe, mejor conservado que el del Puerto del Peón, y así, en continuas vueltas y revueltas que hacen la pendiente muy suave, vamos perdiendo altura, hasta un lugar conocido como vuelta llana, donde el camino gira hacia la izquierda y se introduce en la vaguada del arroyo del Arenal.

 Bajando el camino del Puerto del Arenal

 Peñita Arenas, desde la bajada del Puerto del Arenal

Pasamos por la fuente de Vuelta Llana y por el exiguo cauce del arroyo, para comenzar a recorrer la ladera de Peñita Arenas, en dirección al alto de las Campanas, donde se encuentra el refugio libre de igual nombre, donde llegamos en aproximadamente una hora desde que dejamos el puerto.

 Refugio de las Campanas

 

SEGUNDO DIA. Alto de las Campanas - Mingo Fernando

Horario: 5:30 horas

Denivel: Pequeñas subidas y bajadas a lo largo de todo el recorrido

Dificultad: Poca Pistas forestales, caminos carreteros y sendas, por lo general bien marcadas, aunque algo perdidas en algunos tramos.

Comenzamos a bajar  por la pista que, saliendo del mismo refugio, nos lleva, en dirección sur, hasta el Alto de la Centenera, por donde Cruza la carretera que va del Puerto del Pico al Pueblo del Arenal. Cogemos la carretera en dirección a este pueblo, es decir, hacia la derecha, hasta encontrarnos, a los pocos minutos de caminar (300 m), con otra pista forestal que surge a la derecha de la carretera.

Tomamos esta nueva pista, que se dirige hacia el rio del Arenal, el cual cruzamos por un puente de cemento. Un poco antes habremos visto desde la pista la cascada del Chorrerón.

 Despues de cruzar el puente la pista que traíamos se ve totalmente abandonada y cubierta de hierbas, conviritiéndose poco a poco en un camino casi sin desnivel, que a pesar del estado de abandono es facil de seguir.

  Camino

 La primavera

 El camino cruza varios regatos y rodéa una loma para meterse en la vaguada del arroyo de las Ortigas, por cuyo fondo podemos ver una bonita cascada de varios tramos. Cuando nos acercamos a ella vemos que a sus pies hay una pequeña poza rodeada de una exuberente vegetación.

 Vaguada del arroyo de las Ortigas

 Poza y cascada de la Ortiga

 Un vecino de la zona

El camino continúa, por un bosque cada vez más tupido, mientras que el verde lo invade todo. Sobrepasamos la loma y el arroyo del Andrinal, mientras vemos el pueblo del Arenal al fondo del valle. De repente el camino traza varias zetas ascendentes para salvar la loma que baja de Peña Cabrilla.

 Arroyo del Andrinal

Arroyo del Andrinal

La subida de la loma de la Cabrilla

El pueblo del Arenal y su valle

Seguimos atravesando el bosque

Poco despues llegamos a un cruce de pistas. donde encontramos un cartel señalizando el sendero de pequeo recorrido PR-AV-20. Hay que tomar la pista superior que surge hacia el NO. Poco después atraviesa el río Zarzoso y al cabo, llegamos a un nuevo cartel indicativo, justo donde la pista hace una cerrada curva y comienza a descender bruscamente.

Nosotros abandonamos la pista por un sendero, señalizado con la marca del PR, siguiendo la misma dirección que traíamos. El sendero ahora está tan invadido de vegetación que puede hacer dudar, pero aún se distingue la armadura de piedra que los sustenta. Pronto vemos el arroyo de los Tesillos, el cual cruzamos para encontrarnos con varios corrales abandonados.

Acercandonos al arroyo de los Tesillos

 Nada más cruzar este arroyo, hay un sendero que surge a nuestra derecha, con una indicación en una piedra que dice: al “Cuevo Tesillos”. Subir hasta allí no nos llevará más de 15 minutos, y merece la pena acercarse a este lugar, una antigua majada rehabilitada, con un chozo en estupendo buen estado, incluso para dormir, y varios corrales de piedra. Ademas, la majada está situada en una zona impresionante, bajo las llambrias del "Paredón".

 Los Tesillos

Volvemos al sendero principal, y continuamos por el. Cruzamos el arroyo de los Torneros y el camino se ensancha, momentaneamene, para en seguida volver a convertirse en un sendero, que tras una breve bajada, nos deposita en una pista, que sube en dirección al Collado de la Huerta.

 Vergel en el Arroyo de Torneros

 Hacia el collado de la Huerta

 Subimos por esta pista, hacia la derecha, hasta llegar al collado, dende se unen varias pistas y arrastres de pinos. Nosotros cruzamos el nudo de pistas siguiendo la misma dirección que llevabamos, para seguir un senderillo, señalizado en su comienzo, que en varias revueltas, pierde altura y nos sitúa en otra pista forestal. Cogemos esta pista hacia la derecha, acercandonos al arroyo de Aguas Frias, en cuyo valle nos encontramos.

 Pasamos por un deposito de agua, y llegamos al final de la pista, junto a una pequeña represa. A la derecha de la represa, surge un sendero que asciende pocos metros, para cruzar primero un primer regato , y después el arroyo de Aguas Frias, por el lugar más factible.

 Barranco del Collado de Aguas Frias

 Nada más cruzar el Arroyo, el sendero se convierte en una pista, que va girando hacia la derecha para rodear la ancha loma que se desprende del Peñón del Mediodia. Pasamos por encima de un collado en el que se ve una balsa de agua y continuamos bajando.

Cuando llegamos al fondo de una vaguada se nos une otra pista forestal por la izquierda, la cual ignoramos para seguir por la que traíamos. Finalmente, y en tras recorrer unos 700 m desde el último cruce, encontramos el sendero que une Mingo Fernando con el Puerto del Peón, por el que pasamos el día anterior.

A partir de aquí, solo queda bajar hasta el coche por terreno ya conocido.

Texto y fotos: Hermano Mero

TRAVESÍA CON ESQUIS EN NORUEGA

TRAVESÍA CON ESQUIS EN NORUEGA

Jotunheimen, en noruego significa "El reino de los gigantes"... Gigantes de hielo y roca, porque este macizo montañoso, situado al sur de Noruega, alberga las mayores alturas de este país.

Durante el mes de abril tuve la oportunidad de realizar una travesía con esquis por las últimas estribaciones de este macizo, por los alrededores de la estación de esqui nórdico de Beitostolen, y alrededor de los lagos Vinstre y Heimdalvatnet.

Esta zona es de relieves mucho más suaves que los del interior del parque nacional de Jotunheimen, y se caracteriza por un paisaje casi de tundra, con infinidad de lagos, zonas pantanosas, e interminables valles glaciares rodeados de montañas de aspecto alomado. Todo este paisaje, en invierno, se transforma, al cubrirse de nieve en inmensas llanuras ideales para practicar el esquí de travesía nórdica (o back-country, como dicen por otros sitios).

Quiero agradecer a Jytte y a Piza, guias de Tierras Polares, no solo su buen hacer como profesionales, sino su compañía y su forma de ser, que ha hecho posible que este viaje se conviertiera en una estupenda experiencia.

 Una video con fotos de la travesía:

 

Un par de momentos de la travesía. Dejando atrás el lago Vinstre:

 

Y atravesando el lago Heimdalvatnet:

 

Texto, fotos y Videos: Hermano Mero

 

EL COMBIN Y EL PAÍS DEL GRAN SAN BERNARDO

EL COMBIN Y EL PAÍS DEL GRAN SAN BERNARDO

El pasado verano lo más granado de HM&HC y algunos amigos se fueron a conocer los Alpes, y para ello eligieron el trekking del Gran Combin, que cruza tierras Suizas e Italinas, unidas desde siempre por la histórica vía del Puerto del Gran San Bernardo. Ahí van algunas fotos de ese viaje:

 Camino de los Alpes, en la Provenza, tenemos un encuentro con la historia:

... En Nimes; la Maison Carre:

 ... Y por fin, comenzamos nuestra marcha. El puerto del Gran San Bernardo:

Las montañas no nos reciben de buena gana:

 

Entre dos mundos:

Gigantes de hielo:

Hasta que se hizo la luz:

Por fin vemos la cumbre del Gran Combin:

Y subimos...

...Cada vez más alto:

Hasta llegar a tocar con los dedos el reino de los hielos: 

Para inmediatamente descender....

 

Hasta el reino de las aguas:

Una invitación a reflexionar:

Dos flores de las nieves; había una tercera, pero no salió en la foto.

¿Los Alpes o el Karakorum?

Las mil caras del Combin:

Llegando a Chanrion:

Mont Gele:

Otra vez el Mont Gele, que nos tiene hechizados:

... Y que vigila nuestra última noche en Suiza

 

 

Y por fin, en Italia... El Valle de Aosta a nuestros pies:

Un penúltimo collado antes del final... y una última sorpresa. El Mont Blanc:

Y un último vistazo atras...

Todo llega a su fin, y nos alejamos de la montaña:

Nueva cita con la historia y con el arte:

En Aosta:

Turin:

Penultima parada, Arles:

Hasta llegar al mar, al final del viaje, en la Camargue:

 

Fotos y textos de Hermano Mero