ESQUÍ NÓRDICO POR EL PUERTO DE NAVAFRÍA
No puede decirse que la Sierra de Guadarrama sea el mejor lugar para practicar el esquí nórdico, pero tampoco es cierto que no pueda hacerse en absoluto. De hecho, todos los que decidan entregarse a este deporte en nuestras pequeñas montañas tendrán que aceptar varios inconvenientes; por un lado, si quieres esquiar en circuito preparado, te verás limitado a los escasos cuatro km que existen, a tal efecto, en el Puerto de los Cotos, todo lo demás es terreno “salvaje”, es decir sin huellas trazadas y sin pisar. Por otro lado, esto no es el Pirineo, y por supuesto no nieva como allí. Tendrás poca nieve, y a veces tendrás que esquiar con un espesor ridículo, con el que en otras latitudes ni se plantearían sacar los esquís. Esto además conlleva otros “pequeños” inconvenientes, en forma de ramas, piedras y “calvas” que si no vas con cuidado y te dejas llevar por el ansia de velocidad pueden hacerte sentir lo duro que está el suelo. Y por último; cuando por fin cae nieve en suficiente cantidad, gracias a nuestro clima de extremos (noches muy frías y días soleados y calurosos), esta se convierte en hielo a las pocas jornadas.
Por todo lo demás, nuestra Sierra es perfecta, y si aceptamos esas estrictas condiciones podremos disfrutar de estupendos panoramas, pinares interminables, jornadas agotadoras sobre nuestros esquís y sobre todo de una tranquilidad completamente alejada de las multitudes que se congregan en Cotos, Navacerrada y Valdesquí.
Uno de los lugares más concurridos por los esquiadores de fondo en la Sierra de Guadarrama es el Puerto de Navafría, situado entre la segoviana localidad de idéntico nombre y la de Lozoya, en la Comunidad de Madrid. Los alrededores de este puerto, por su vertiente norte conservan bastante bien la nieve, gracias a su altura, sus suaves pendientes y a estar cubierto completamente por un denso pinar. Si a esto unimos las numerosas pistas forestales existentes, ya tenemos explicación a la preferencia de los esquiadores por este lugar.
El acceso al puerto, debemos realizarlo por la carretera que une las dos poblaciones antes mencionadas, pudiendo estacionar nuestro coche en el mismo alto, en una pequeña explanada situada frente a un refugio de bastante buena planta, pero, por desgracia, completamente abandonado.
Como curiosidad diremos que el muro de piedra situado al lado de esta explanada delimita un pequeño cementerio donde se encuentran enterrados soldados italianos muertos durante nuestra última guerra civil. Digo esto porque este lugar está cada vez más deteriorado y ya ningún símbolo indica que aquello sea un campo santo… Por lo que no me extrañaría que de seguir ampliándose esta explanada, algún año de estos termine por aparecer alguna “sorpresa ósea".
Si no hemos madrugado mucho, y dado el pequeño tamaño de la explanada del puerto, es posible que no encontremos aparcamiento aquí. En ese caso también podemos dejar el coche en los márgenes de la pista forestal que se inicia en el mismo puerto, por su vertiente madrileña, o bien algo más abajo en un aparcamiento que existe en esta misma vertiente, o en sus alrededores, en caso de que el quitanieves no lo haya acondicionado (cosa bastante normal).
Una vez solucionado el problema del aparcamiento tenemos diversas opciones, pudiendo esquiar por cualquiera de las pistas que parten del mismo puerto. Sin embargo la más popular por su orientación y por conservar mejor la nieve, es la que parte en dirección noroeste, justo al lado del refugio.
Esta pista, prácticamente horizontal, va bordeando un largo contrafuerte boscoso que se desprende desde una de las cotas secundarias del Nevero hacia el norte. Tras varias subidas y bajadas bastante suaves, llegamos a un refugio-mirador desde el que tendremos unas vistas estupendas del valle de Navafría, la llanura segoviana y, en días claros, del Sistema Iberico, los Picos de Neila y Urbión.
Continuando por la pista, llegaremos a un cruce, situado en la cabecera de un pequeño arroyo y muy cerca del collado que forma la loma que veníamos bordeando y un pequeño cerro donde existe una torreta de vigilancia de incendios. Sin embargo, ni el collado ni la torreta son visibles, dado el espesor del pinar dentro del que nos encontramos.
Abandonamos la dirección que traíamos y tomamos una desviación a mano izquierda. En escasos diez metros existe una nueva bifurcación. Una de las pistas, la que nace más a la izquierda, está menos marcada y tiene mayor pendiente siendo más complicada, por lo que requiere un mejor nivel de esquí, sobre todo para bajar por ella. La que parte a la derecha, prácticamente horizontal, es la que tomaremos en esta ocasión. Hemos cambiado casi completamente la orientación de la marcha. Si hasta el cruce nos dirigíamos hacia el norte, ahora vamos en dirección suroeste, faldeándo la misma loma que antes, pero en su vertiente contraria.
Tras recorrer algo más de un km, llegamos al fondo de una vaguada y la pista cruza el arroyo, tomando dirección noroeste. Al poco rato cruzamos otro riachuelo, menor que el anterior, pero a partir del cual la pista adquiere progresivamente mayor inclinación. Estamos ganando altura por la ancha loma que se desprende desde la misma cumbre del Nevero hacia el norte. En aproximadamente km. y medio desde el último arroyo la pista hace una curva muy cerrada y continua su ascensión hasta un collado situado a 2016 metros de altura.
Desde este collado podemos ascender por la loma hasta la cumbre del Nevero, situada a 2.208 metros. La inclinación no es demasiada, pero debido a que a partir de esta altura el pinar desaparece y el terreno está completamente despejado, podemos encontrarnos con nieve muy dura. En caso de niebla tampoco es aconsejable la subida, dado que podríamos salirnos de lo alto del cordal y meternos en terrenos bastante más inclinados. Si finalmente decidimos hacer cumbre, lo mejor es volver por el mismo camino de subida.
Una vez que estemos de nuevo en el collado seguiremos la pista, que cruza la loma e inicia un largo descenso, con tres curvas muy cerradas. Después de la última de estas curvas, la pista continua bajando fuertemente, en dirección noreste, hasta encontrar un marcado zigzag, tras el cual llegamos a un nuevo cruce.
En este cruce giramos a la derecha y dirigimos nuestros pasos, mediante varias subidas y bajadas hacia el fondo de la vaguada (sureste)., que alcanzamos en unos dos km, aproximadamente. En este punto encontraremos un pequeño refugio forestal y varios cruces de pistas; una de ellas continúa descendiendo, en dirección norte paralela al arroyo, para bifurcarse un poco más abajo del refugio. Otra más, la que sale a mano derecha (noreste) y por la que seguiremos, gana altura poco a poco, trazando una amplia curva, hasta depositarnos en el primer cruce que nos encontramos durante nuestra jornada de esquí.
Desde aquí solo resta volver al Puerto de Navafría por terreno ya conocido. En total, esta ruta circular nos habrá llevado una jornada entera (sin prisas) y tiene unos 22 km de longitud. No es la única ruta con esquís nórdicos que se puede hacer en esta zona, aunque si la más completa, y muy indicada para comenzar a conocer estos parajes.
Texto: Hermano Mero
Fotos: Hermano Mero, Hermana Cabra y Paco GS
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