PICO SAN MILLAN POR EL VALLE DEL RIO URBIÓN
Horario: Unas 6 y media sin contar paradas; 3 y media para la subida y 3 para la bajada.
Desnivel: Unos 1.090 metros de subida y bajada.
Dificultad: En la parte inicial de la ruta nos encontramos con caminos y senderos faciles de seguir, aunque poco señalizados y que en ciertos puntos nos exigirán ir atentos. Hay que vadear algunos cursos de agua, lo que en época de deshielo puede entrañar dificultad. Una vez superado el bosque nos encontramos con terreno de alta montaña. Con nieve o hielo habrá que ser muy prudentes, llevar el material adecuado y saber usarlo.
El Pico San Millán (2.131 m), la cumbre más elevada de la provincia de Burgos, está situada en la Sierra de la Demanda, en el extremo Noroeste del Sistema Ibérico.
Es una montaña de contrastes; por su vertiente sur su cumbre se prolonga en amplias y redondeadas lomas, sin embargo, su ascensión por la vertiente norte es completamente distinta, sorprendente y muy variada, comenzando por un espectacular valle, el del río Urbión, cubierto de un hayedo que gracias a su orientación nada tiene que envidiar a otros hayedos con más renombre de la Cordillera Cantábrica o Pirineos, y en el que el protagonista va a ser el verde del musgo y el agua, omnipresente en toda la ruta.
Hayedo en el Rio Urbión
Pero no acaban aquí las sorpresas porque el San Millán es una montaña a tomar en serio, modelada por el hielo y bajo cuya cumbre se abre un circo glaciar que permite trazar varias rutas de diversa dificultad, pero que, sea cual sea la elegida, en presencia de nieve o hielo, nos obligará a extremar las precauciones.
El agua y las hayas, protagonistas.
Para comenzar la ruta propuesta hay que llegar hasta el bonito pueblo Burgales de Santa Cruz del Valle Urbion, que conserva estupendamente su arquitectura tradicional a base de piedra y adobe. Desde allí, aún con el coche, debemos tomar la pista de tierra que se interna en el valle que da nombre al pueblo. La pista no tiene desperdicio, rodeada como está por prados que nos permiten ver la montaña que es nuestro objetivo del día y por un bien conservado bosque de ribera, que a veces se entremezcla con pinos de repoblación.
Llegamos al refugio Zarcias (1.043 m), donde podemos dejar el coche en una explanada y comenzar a caminar continuando por la pista forestal por la que veníamos, que inmediatamente cruza un puente sobre el río Urbion. Pasamos al lado de una zona habilitada con merenderos y continuamos siguiendo siempre por la orilla orográfica izquierda del río (derecha según sentido de la marcha), despreciando un desvío que surge a mano derecha y que, de seguirlo, nos haría tomar mayor altura.
En seguida llegamos al paraje de Tres Aguas, donde al río Urbión se le unen los arroyos Andurla y Abanza, el cual cruzamos por un pequeño puente de madera. Poco más adelante volvemos a encontrar un nuevo puente, esta vez para cruzar el Urbión. Seguimos el curso del río, por la orilla contraria a la que traíamos hasta ahora. El camino gana algunos metros de altura sobre el cauce y nos permite ver las bonitas praderas y el bosque de ribera que lo rodéa.
Tres aguas
De nuevo cambiamos de ribera por otro puente y continuamos nuestro camino en dirección sur, hasta llegar a la choza de la Guarra. Si hasta llegar a este punto las Hayas se iban volviendo poco a poco más abundantes, a partir de aquí lo dominan todo.
Choza de la guarra
Remontando el Urbión
El camino, a veces muy ancho y marcado y otras desaparecido por la acción del río, continúa junto al cauce, obligándonos alguna que otra vez y según la época del año y como esté de crecido el Urbión, a saltar de piedra en piedra para no mojarnos.
Recorriendo el rio
Alfombra de hojas
En cierto momento el camino que traemos cruza el río, esta vez sin ayuda de ningún puente, por lo que tenemos que hacer un vadeo. Debemos ir atentos, pues es fácil confundirnos y en lugar de cruzar, seguir algún sendero poco marcado por la orilla orográfica izquierda. Si nos sucede esto, debemos procurar cruzar a la orilla derecha (izquierda según el sentido de la marcha), donde nos será mucho más sencillo avanzar.
Más hayas
El camino, bastante amplio por esta orilla sigue ganando altura poco a poco, hasta llegar a una curioso chozo de piedra, situado al lado de una pequeña pradera, donde el camino se convierte en sendero.
Chozo
Poco a poco vamos alejándonos del cauce que momentaneamente queda encajonado por debajo de nosotros. Siempre acompañados por las hayas continuamos por esta orilla, hasta que alcanzamos una pequeña cascada, junto a la cual volvemos a cruzar el Urbión, ahora convertido en simple arroyo y continuamos ascendiendo por un bosque cada vez menos espeso.
Camino del circo
Entre los árboles cada vez vemos más cerca la evidente cumbre del San Millán. Finalmente salimos al inferior de los escalones que forman su circo glaciar.
Hacia el circo
Primer rellano del circo.
Mientras admiramos la cara norte de la montaña, atravesamos el rellano bordeando las pedreras que caen por nuestra derecha, en dirección a una nueva cabaña que se encuentra por detrás de un gurpo de árboles aislados. Por encima de la cabaña cae una chorrera desde lo alto de un muro de roca.
Bordeamos la chorrera por la derecha, superando un pequeño embudo, corto pero inclinado. A partir de aquí, en presencia de nieve o hielo es probable que tengamos que usar material adecuado (piolet y crampones).
Segundo rellano, collado y cresta de ascenso alternativo
Superado el embudo, llegamos a un nuevo rellano, cuyo paso más sencillo se encuentra por la izquierda. En caso de estar nevado, superamos una nueva pala de nieve y llegamos al tercer rellano. A partir de aquí tenemos dos opciones posibles: O bien nos dirigimos a un evidente collado que se sitúa a nuestra izquierda, pasado el cual tendremos que enfrentarnos a una cresta con pasos expuestos, o si queremos alcanzar la cumbre de la manera más sencilla, volvemos a superar una nueva pala de nieve, cuyo punto más débil se encuentra a nuestra derecha.
Pala de acceso a la laguna
Si elegimos esta opción, pasado este obstaculo llegamos a la laguna de San Millán (1926 m). En caso de que el paisaje esta cubierto de nieve no veremos la laguna, oculta por el manto blanco, pero como recompensa nos sentiremos sobrecogidos por lo impresionante de este paisaje de alta montaña.
Laguna de San Millan oculta
Desde la laguna buscamos un pequeño collado a nuestra derecha. Otra inclinada pala de nieve nos separa de el, pero tras el penúltimo esfuerzo la superamos y nos situamos en el cordal de la sierra. Tan solo nos queda remontar la amplia loma para llegar, ya sin dificultad hasta la cumbre.
Saliendo al cordal.
La cumbre, lo dificil ha terminado.
Pala de Salida a la cuerda
Un último esfuerzo
Si el día es claro, las vistas son espectaculares desde la cumbre; pudiendo distinguir, al sur Neila, Urbión y la Cebollera. Más lejos, hacia el suroeste, la Sierra de Ayllón, donde se distingue con facilidad el Pico del Lobo y el Tres Provincias, y al norte, la Cordillera Cantabrica, donde con ayuda de unos prismaticos y si el tiempo lo permite, es incluso posible diferenciar las moles del Espigüete y el Curavacas. Mucho más cerca tenemos el Trigaza hacia el norte, y el San Lorenzo hacia el Oeste.
Cumbre, al fondo el San Lorenzo
Cumbre. El Trigaza al fondo.
En la cumbre, el Mencilla al fondo.
Hasta la cumbre habremos tardado unas 3 horas y media, a las que habrá que sumar, otras tres horas aproximadamente para la vuelta, que realizamos por el mismo camino, y el tiempo necesario para realizar fotos, descansar y comer algo.
Bajando hacia el circo
Seguimos bajando
Haciendo cosas raras...
Sin mojarnos, de regreso
... O quizás mojándonos
Ya queda menos para el coche
Objetivo cumplido
Croquis
Texto: Hermano Mero
Fotos: Hermana Cabra y Hermano Mero.
Croquis: A partir de Imagen de Google Earth
Nota importante: La descripción de esta ruta procura dar la información lo más precisa posible, pero siempre basada en la experiencia del autor, por lo que sus apreciaciones pueden ser subjetivas. Esta descripción y los croquis que contiene no pueden sustituir a un mapa de la zona. Es recomendable buscar otras fuentes de información, como libros y guías de montaña especializados, para hacernos una idea lo más aproximada posible de la ruta y decidir si está dentro de nuestras posibilidades o no. Es imprescindible tener la experiencia, el conocimiento, la formación y el material adecuado para realizar esta actividad. Valora tu forma física y tus conocimientos sobre como moverse en montaña, informate sobre la climatología y actúa con prudencia, no excediendo tus capacidades. Aún así el montañismo es una actividad que conlleva un riesgo intrínseco, por lo que, si decides realizar esta ruta, ten en cuenta que cada uno es responsable de las elecciones que toma, de si mismo y de su seguridad. Es exclusiva responsabilidad de quien pudiese utilizar esta información los posibles percances que pudiera sufrir como consecuencia del desarrollo de una actividad basada en el uso de esta descripción de una ruta de montaña.
4 comentarios
Fátima -
emma -
Hermano Mero -
Mon -