UNA PERFECTA CONOCIDA
Un pequeño librillo encuadernado en cartón azul, un tanto descolorido y con una flor de Edelweiss sobre un fondo de montañas nevadas. Su título, o mejor dicho títulos, en plural, puesto que se trataba de dos colecciones de poemas en un solo tomo, era: "Mi Edelweiss" y Horizonte". Su autora: Teresa Casas Güell. Lo abrí al azar, y comencé a leer para darme cuenta, inmediatamente, que esa persona de la que un momento antes no sabía nada, sentía y pensaba, en gran parte, de una forma muy cercana y familiar.
Me llevé el libro a casa, donde pude terminar de descubrir que esta barcelonesa era la "perfecta conocida". En cada uno de sus versos podían descubrirse fragmentos de una vida vivida, crecida y amada entre las montañas. Unas montañas formadas de roca y agua, de caminos y sudor, de esfuerzo e ilusiones, que van más allá de ser un mero paisaje, para convertirse en el otro protagonista, junto al amante perdido que dió sentido a una vida, y al hijo amado que volvió a llenarla.
Esta es una de esas pequeñas perlas escondidas que alguna que otra vez, encontramos, casi por casualidad, casi misteriosamente... Os recomiendo este libro: os daréis cuenta, leyéndolo, de la sensibilidad y el amor que se desprenden de todas y cada una de sus páginas. Todo el sentimiento y la nostalgia de una mujer montañera, amante de la vida y de la muerte (la otra cara de ésta, que ella asume como algo inevitable pero no terrorífico). Mi Edelweiss remite, en fin, a esa pequeña flor, tan apreciada, tan buscada, símbolo de la pureza en su estado más elevado, homenaje de la naturaleza a la libertad, joya de las nieves, perfecta en su solitaria blancura nívea. Horizonte es lo que siempre perseguimos, collado tras collado, cima tras cima, sin alcanzar nunca.
A modo de ejemplo os dejo dos de las poesías que conforman esta colección, espero que os animen a buscar este libro, y si tenéis suerte y lo encontráis, quizás podréis conocer un estado del alma y de la conciencia que, quizá, sólo los montañeros y montañeras del mundo puedan comprender.
ASI REGRESO
Mírame. Quizá vuelvo
con la cara del animal sediento
que ha doblado recodos de cien caminos,
que ha cortado y subido atajos
buscando las sendas,
que ha dado mil vueltas.
Sí. Y en cada una
encontré un panorama nuevo.
Dejé atrás montañas y más montañas.
Crucé otros ríos, otros valles,
otras laderas...
Mira mis pantalones manchados,
mi mochila mugrienta.
Nada importa.
En la soledad de las montañas
se mira más alto y más lejos.
En la soledad se siente
el sielencio
y el olor de la tierra,
el crujir del verde,
la caricia de la brisa,
o el furor del tiempo revuelto.
Hasta el aliento del cielo, desciende
con la paz del sol o las estrelas,
o el ulular de las tormentas.
Sólo aquí, en paz o en lucha
con los elementos,
se puede ser con pureza , un bohemio.
Vuelvo cansada, rota y sucia.
También sedienta.
Pero, nada importa.
Regreso con el alma limpia,
llena de savia nueva.
HE BEBIDO LA LUZ
He bebido la luz de todos los soles.
He gozado de las noches bajo las estrellas.
Tengo el rostro curtido por todos los vientos,
los pies encallecidos de andar por todas las piedras.
Y en mi corazón, de animal humano,
aún tengo sed,
sed de beber los senos de la madre:
la sed inagotable de sorber la vida
en la madre tierra,
de sentir su paz, bajo el azul del cielo.
No sé
si en mis manos rotas verás
- rotas de peso viejo, perdido ya
en algún recodo de mi vida -
huellas de heridas de arañar la roca.
Traigo surcos de sanre seca,
pero traigo en ellas, y en la boca, y en el pelo,
olor y sabor a tomillo y a romero.
Y en el alma, - rota ayer,
pero recién nacida hoy -
en el alma traigo una copla nueva.
No tengo nad, nada soy
más que un animal sediento,
con sed insaciable de montaña,
sin más tesoro que el azul sereno,
la luez y el viento,
el sol y las estrellas.
Y la tierra. La tierra recia de la sierra,
con la canción del agua entre las peñas,
con el arroyo y el árbol,
la flor y la piedra.
¡ Porque es mía el agua pura de los manantiales,
mío el aire limpio que regenera !
¡ Todo es mío, que lo llevo dentro!
¡Mío! Y es más grande que el universo.
"Mi Edelweiss - Horizonte ". Teresa Casas Güell. Editorial. Agrupación Hispana de Escritores. Colección La Otra Palabra
9 comentarios
Myriam -
montserrat tallafer casas -
Hermano Mero -
Un saludo.
montserrat tallafer casas -
montserrat tallafer casas -
Hermano Mero -
Manuel -
Hermano Mero -
Mon -