NUESTRO AMIGO MON
Hoy presentamos a otro asiduo colaborador y amigo; nuestro querido Mon.
Mon es como San José, o sea, un padrazo... Aunque de momento lo sea solo en potencia. Pero mientras el feliz momento llega, lento pero inexorable, el se dedica a practicar con todo menor que se le ponga a tiro...
Bueno, no sé si la frase ha quedado muy correcta con los tiempos que corren, con negros que se ponen primero blancos y luego moraos con niños, o grandes de España que se dedican a jugar al teto. No, no me refiero a eso, Mon, a pesar de ese pequeño toque de perversión que tiene no es así. Digo que practica porque suele ir a la montaña con auténticas jaurías y jaurías de sobrinos, que el día que crezcan miedo van a dar, porque ya son como robles, los angelitos.
Otra característica de nuestro amigo es su equipamiento... Y por favor, tampoco penséis mal; me refiero a que tiene lo último en material de montaña. Mon es el prototipo de montañero pintón, y su trastero es... ¡ Ay su trastero ¡... El sueño de todos los que nos dedicamos a esto... Una mezcla entre una tienda Barrabes y cueva de Alí Baba (en caso de que este señor hubiera nacido en Chamonix y no en mitad del desierto, claro)... ¡ Hay de todo, oiga !
En fin, poco mas que añadir, salvo que no hay que fiarse de este filósofo con papeles, a pesar de su gesto beatífico y ese dejad que los niños se acerquen a mi, que le caracteriza. En el fondo guarda, como todos nosotros, una mente enfermiza. Tan solo una prueba; llévalo a alguna comarca montañosa, colócalo delante del pico mas alto y con mayor inclinación (a ser posible con mucha nieve y hielo), y observa sus ojos, como se quedan clavados y se van inyectando en sangre, hasta que dice lastimoso:
Llevameeeeeeeeee... Porfiiiiiiiiii
Y como te dejes, la has cagado...
Mon es como San José, o sea, un padrazo... Aunque de momento lo sea solo en potencia. Pero mientras el feliz momento llega, lento pero inexorable, el se dedica a practicar con todo menor que se le ponga a tiro...
Bueno, no sé si la frase ha quedado muy correcta con los tiempos que corren, con negros que se ponen primero blancos y luego moraos con niños, o grandes de España que se dedican a jugar al teto. No, no me refiero a eso, Mon, a pesar de ese pequeño toque de perversión que tiene no es así. Digo que practica porque suele ir a la montaña con auténticas jaurías y jaurías de sobrinos, que el día que crezcan miedo van a dar, porque ya son como robles, los angelitos.
Otra característica de nuestro amigo es su equipamiento... Y por favor, tampoco penséis mal; me refiero a que tiene lo último en material de montaña. Mon es el prototipo de montañero pintón, y su trastero es... ¡ Ay su trastero ¡... El sueño de todos los que nos dedicamos a esto... Una mezcla entre una tienda Barrabes y cueva de Alí Baba (en caso de que este señor hubiera nacido en Chamonix y no en mitad del desierto, claro)... ¡ Hay de todo, oiga !
En fin, poco mas que añadir, salvo que no hay que fiarse de este filósofo con papeles, a pesar de su gesto beatífico y ese dejad que los niños se acerquen a mi, que le caracteriza. En el fondo guarda, como todos nosotros, una mente enfermiza. Tan solo una prueba; llévalo a alguna comarca montañosa, colócalo delante del pico mas alto y con mayor inclinación (a ser posible con mucha nieve y hielo), y observa sus ojos, como se quedan clavados y se van inyectando en sangre, hasta que dice lastimoso:
Llevameeeeeeeeee... Porfiiiiiiiiii
Y como te dejes, la has cagado...