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HERMANO MERO & HERMANA CABRA

PEGUERINOS Y LOS PINARES LLANOS CON ESQUÍS

PEGUERINOS Y LOS PINARES LLANOS CON ESQUÍS

Con el nombre de Pinares Llanos se conoce al amplio valle, recorrido por el curso alto del Rio Aceña, enclavado entre los montes Escurialenses (la parte mas suroccidental de la Sierra de Guadarrama), y la parte más oriental de la Sierra de Malagón.

Dicho valle, al que se accede desde el cercano pueblo de Peguerinos (Avila), como su propio nombre indica, es de suaves relieves y conforma prácticamente un altiplano que da cobijo a una enorme masa forestal.

La extensa red de pistas, construidas a comienzos de los años 70 a iniciativa del ingeniero-jefe del Distrito Forestal de Ávila durante aquelllos años, D. Javier Delgado Ubeda, unido a los desniveles y relieves poco exigentes y a la protección que para la nieve supone la cobertura arborea, hacen de toda esta zona muy atractiva para la práctica del esquí nórdico.

Como inconvenientes, que como en todos los ámbitos siempre existen, destacan, en primer lugar que para poder esquiar en Pinares Llanos tendremos que escoger días de recientes y abundantes nevadas, dado que la orientación sur del valle y su relativamente modesta altua (aproximadamente entre los 1.400 metros y los 1.903 m de Cueva Valiente, máxima elevación de la Sierra de Malagón, hacen que el deseado elemento no abunde todo lo que quisieramos... Claro que si lo pensamos, esa misma desventaja la tendremos prácticamente en toda la Sierra de Guadarrama, y por desgracia, cada vez de forma más aguda.

En segundo lugar, es de destacar que este rincón en principio tan idílico, es terreno favorito de motoristas y quads, lo que está provocando, ante la desidia y dejación de funciones de las Administraciones Públicas, una más que evidente degradación de laderas y senderos, literalmente destrozados por estas maquinas. Y todo ello, por no hablar de la contaminación acústica que provocan.

Por último, y como otro punto negativo tendríamos el estado de la, no hace muchos años, estupenda red de refugios que cubría estas tierras, que sin ninguna duda era la mejor de la Sierra de Guadarrama. Por desgracia, aquellos que, por la desidia y los elementos no se encuentran en ruinas, gracias a los guarros y vándalos, se han convertido en auténticos basureros inutilizables.

Sin embargo, nada de todo esto es razón suficiente para dejar de disfrutar del espectáculo de Los Pinares Llanos cuando se cubren de nieve.

Las posibilidades sobre esquís de fondo en esta zona son innumerables, pero hoy nos limitaremos a proponer una ruta de escasa dificultad y muy adecuada para inexpertos, dada su poca longitud (11 km), poco desnivel (220 m aprox.) y ausencia de tramos técnicos, subidas o descensos pronunciados.

Para llegar al punto de inicio tendremos que acercarnos hasta Peguerinos (cruzando, si venimos de Madrid, el Puerto de la Cruz Verde y el de La Paradilla). Una vez en el Pueblo, desde la misma plaza mayor, tomamos la carretera que se dirige a los Pinares, en dirección al Puerto de Guadarrama y al de Malagón. En unos cuatro km tenemos que dejar esta carretera y tomar una pista asfaltada, que en pocos minutos nos deja a la entrada del camping de Peguerinos, al lado del cual podremos aparcar nuestro coche. Por cierto, si las condiciones para esquiar son buenas, o sea que esta todo bien nevado, tendremos que contar con que para llegar hasta aquí es posible que nos hagan falta cadenas, o incluso que tengamos que abandonar el vehículo antes.

Los esquís podemos calzárnoslos nada más cruzar una verja con valla de piedra con el cartel de coto privado de caza. Nada más cruzarla comienza la pista que seguiremos durante buena parte de nuestro recorrido. Al principio por una gran pradera rodeada de pinar, y algo más tarde, ya dentro del mismo.

Subimos suavemente por pinar cada vez más frondoso hasta el embalse de Cañada Mojada, y siguiendo siempre por la pista nos internamos en el valle del Arroyo Chuvieco. En un momento dado la pista gira a la derecha dejándonos ver el tupido fondo del valle y más a la derecha la imponente mole de Cueva Valiente.

Poco después llegamos a una preciosa pradera con una fuente a la derecha de la pista, y aproximadamente un km después por fin alcanzaremos el Collado o Alto de la Gargantilla. Hasta aquí habran sido unos cinco kilómetros. Nos encontramos justo a los pies de Cueva Valiente, a cuya cima sube trabajosamente y con bastante más inclinación de la que hasta aquí hemostenido, una pista que nace en el mismo collado, pero que se queda pendiente para mejor ocasión.

Continuamos la pista, mientras seguimos ganando altura, hasta que, a algo más de un km encontremos una desviación a mano izquierda. Cogemos esta desviación, bastante más estrecha y en claro descenso. Si bien la dificultad es prácticamente nula, en caso de que la nieve no sea abundante conviene que vayamos con cuidado, dado que el firme no es muy bueno y abundan las piedras. En cualquier caso, será una agradable y tranquila bajada, a media ladera de la loma que durante la subida pudimos contemplar a nuestra izquierda.

Al cabo de 2 km, desde el último cruce, la pista nos situará sobre la loma. Justo en este punto encontramos una nueva encrucijada,  donde debemos girar a mano izquierda, lo que nos situará en una pradera de más que respetables dimensiones. Este es el punto más conflictivo de la ruta, dado que, como es lógico, la pradera estará cubierta de nieve y el trazado de la pista oculto por la misma. Para continuar tendremos que atravesar el llano en dirección sur, hasta dar con la continuación de nuestro camino, que continuará su descenso, hasta llegar a un nuevo cruce, en el que otra vez tendremos que decantarnos por el ramal de la izquierda.

Estamos muy cerca de la cola del embalse de cañada mojada, que desde aquí se ve perfectamente. Solo tenemos que remontar un breve repecho para reencontrar la pista que usamos durante la subida. Desde aquí unicamente tenemos que seguir las trazas de nuestros propios esquís, que nos harán volver, por terreno ya conocido, hasta el punto de inicio de la excursión. En total la ruta nos habrá llevado unas dos horas, dependiendo, claro está, del ritmo al que hayamos ido.

Texto y fotos: Hermano Mero

5 comentarios

otro distinto -

Mal vamos si te preocupa tanto la ortografìa y tan poco los demás. Lo que hace falta es que todo el mundo valore y respete los espacios naturales, que hay muchos y para todos. Gracias por compartir y si los conocemos basicamente es por que alguien, de una u otra forma, nos los han enseñado antes.

elmismo -

Es una pena que a alguien que va a la montaña se le tenga que decir que se vaya (con "y") a la estepa rusa. La montaña debería ser, como mínimo, un lugar no masificado, cosa que cada día ocurre menos. Una cosa es compartir y otra es ir de romería.

Gracias -

Muchas gracias por compartir estos lugares tan increíbles, para los que estamos aprendiendo e iniciándonos en este deporte. Espero que porquépublicamostanto aprenda un poco a compartir, si todo el mundo fuera como él, muy mal estaría el asunto, si quiere estar solo que se valla a la estepa Rusa!!!!

Hermano Mero -

Pues si, estaría mejor con menos gente. De hecho el mundo estaría mejor si en vez de casi 7000 millones de personas hubiera solo 3000.... ¿Que hacemos con los que sobran?

¿Y quienes sobran?

porquépublicamostanto -

¿y porqué haceis propaganda de este sitio? No estaría mejor si fuera menos gente?