¡¡¡ ME FALTAN PIEDRAS !!!
Esta misma mañana he estado leyendo una conversación mantenida en el foro de Picos de Europa en la que se comentaba cierto fenómeno en el que nunca había reparado y que sin embargo, me ha llamado la atención.
¿Alguna vez habéis bajado desde Collado Jermoso hacía la Vega de Asotín (o La Sotín) por el Argallo Congosto? Yo si, estuve en este precioso rincón de Picos de Europa hace ya un par de años, y recuerdo que es una de las bajadas desde un refugio más incómodas que he hecho nunca. De hecho, al comienzo de la misma pensaba que había errado el camino, al descender por unas placas de roca en las que a veces tenía que ayudarme con las manos.
Pues bien, esa canal, en los años 80, por lo visto (y digo por lo visto porque por aquel entonces yo ni había estado en Picos de Europa ni había visto una canal en mi vida) estaba ocupada por una pedrera de grava fina, que ocultaba las mencionadas llambrías y por la que se podía bajar cómodamente hundiendote hasta los tobillos. ¿Dónde están entonces todos las toneladas de guijarros que faltan? Pues cientos de metros más abajo, tapando parcialmente las praderas de la Vega de Asotín.
No es el único caso. También podemos observar el mismo fenómeno en la Canal de Amuesa, o en la de Camburero, en la que ha desaparecido camino y fuente, sepultados por la grava y por supuesto, en el camino a Vega de Urriellu desde Sotres, uno de los senderos más transitados de Picos de Europa, a la altura de la zona conocida como Paré de Quiñones.
¿Y cual es la razón que provoca esta erosión, tan acelerada que en apenas 20 años (menos de unas micras de segundo dentro de la historia geológica) se puede percibir de forma apreciable? Pues parece ser que los primeros sospechosos somos nosotros, los montañeros. Especialmente aquellos, muchas veces con una gran experiencia a cuestas, que con pinta de grandes profesionales y de estar curtidos en mil batallas, a veces nos cruzamos, bajando las pedreras a todo correr, arrastrando detrás de si miles de esos guijarros, que no solo ponen en peligro a los que estan más abajo o van más despacio, sino que van destruyendo los senderos que muchas veces recorren dichas canales. De todas formas no seré yo quien tire la primera piedra. ¿Quien está libre de culpa y no ha corrido pedrera abajo de esa forma alguna vez?
Pero no hay que simplificar. La razón parece ser otra, o por lo menos parece no ser la única, sobre todo cuando se observa ese mismo proceso de erosión en zonas sin apenas visitantes. Así que, una vez más (y ya son tantas), habría que buscar el porqué, en el cambio climático.
Pensemos que todas esas pedreras, hasta hace poco tiempo, quedaban enterradas bajo la nieve durante gran parte del año, conservándose neveros incluso hasta el mes de agosto. Y no solo eso, sino que las primeras nieves, en lugar de desaparecer al poco tiempo, enseguida quedaban cubiertas de nuevas capas, por lo que se formaba una base sólida y compacta que se fundía, a modo de hormigón con las rocas de la pedrera, dándolas estabilidad y protegiéndolas en caso de aludes y avalanchas. Sin embargo, en las últimas décadas el aumento de temperaturas y la menor presencia de nieve en nuestras montañas ha provocado que esta protección sea menor y que los neveros desaparezcan antes, dejando las pedreras desnudas durante un mayor tiempo, provocando los efectos que ya hemos comentado.
En resumen; otra prueba más de que algo no marcha como debiera en nuestro planeta. Eso sí, por favor, en montaña, y no solo por las pedreras, hay que evitar atajos y salirse de los senderos. Somos muchos, cada vez más, los que andamos por el monte y nuestro paso se nota menos si todos vamos por el mismo sitio.
Texto: Hermano Mero
Foto portada: Hermana Rana
¿Alguna vez habéis bajado desde Collado Jermoso hacía la Vega de Asotín (o La Sotín) por el Argallo Congosto? Yo si, estuve en este precioso rincón de Picos de Europa hace ya un par de años, y recuerdo que es una de las bajadas desde un refugio más incómodas que he hecho nunca. De hecho, al comienzo de la misma pensaba que había errado el camino, al descender por unas placas de roca en las que a veces tenía que ayudarme con las manos.
Pues bien, esa canal, en los años 80, por lo visto (y digo por lo visto porque por aquel entonces yo ni había estado en Picos de Europa ni había visto una canal en mi vida) estaba ocupada por una pedrera de grava fina, que ocultaba las mencionadas llambrías y por la que se podía bajar cómodamente hundiendote hasta los tobillos. ¿Dónde están entonces todos las toneladas de guijarros que faltan? Pues cientos de metros más abajo, tapando parcialmente las praderas de la Vega de Asotín.
No es el único caso. También podemos observar el mismo fenómeno en la Canal de Amuesa, o en la de Camburero, en la que ha desaparecido camino y fuente, sepultados por la grava y por supuesto, en el camino a Vega de Urriellu desde Sotres, uno de los senderos más transitados de Picos de Europa, a la altura de la zona conocida como Paré de Quiñones.
¿Y cual es la razón que provoca esta erosión, tan acelerada que en apenas 20 años (menos de unas micras de segundo dentro de la historia geológica) se puede percibir de forma apreciable? Pues parece ser que los primeros sospechosos somos nosotros, los montañeros. Especialmente aquellos, muchas veces con una gran experiencia a cuestas, que con pinta de grandes profesionales y de estar curtidos en mil batallas, a veces nos cruzamos, bajando las pedreras a todo correr, arrastrando detrás de si miles de esos guijarros, que no solo ponen en peligro a los que estan más abajo o van más despacio, sino que van destruyendo los senderos que muchas veces recorren dichas canales. De todas formas no seré yo quien tire la primera piedra. ¿Quien está libre de culpa y no ha corrido pedrera abajo de esa forma alguna vez?
Pero no hay que simplificar. La razón parece ser otra, o por lo menos parece no ser la única, sobre todo cuando se observa ese mismo proceso de erosión en zonas sin apenas visitantes. Así que, una vez más (y ya son tantas), habría que buscar el porqué, en el cambio climático.
Pensemos que todas esas pedreras, hasta hace poco tiempo, quedaban enterradas bajo la nieve durante gran parte del año, conservándose neveros incluso hasta el mes de agosto. Y no solo eso, sino que las primeras nieves, en lugar de desaparecer al poco tiempo, enseguida quedaban cubiertas de nuevas capas, por lo que se formaba una base sólida y compacta que se fundía, a modo de hormigón con las rocas de la pedrera, dándolas estabilidad y protegiéndolas en caso de aludes y avalanchas. Sin embargo, en las últimas décadas el aumento de temperaturas y la menor presencia de nieve en nuestras montañas ha provocado que esta protección sea menor y que los neveros desaparezcan antes, dejando las pedreras desnudas durante un mayor tiempo, provocando los efectos que ya hemos comentado.
En resumen; otra prueba más de que algo no marcha como debiera en nuestro planeta. Eso sí, por favor, en montaña, y no solo por las pedreras, hay que evitar atajos y salirse de los senderos. Somos muchos, cada vez más, los que andamos por el monte y nuestro paso se nota menos si todos vamos por el mismo sitio.
Texto: Hermano Mero
Foto portada: Hermana Rana
13 comentarios
Hermano Mero -
Ahora resulta que me vas a censurar...
antonio -
jorge -
Por cierto no ma llamo jorgeb, me llamo antonio pa ti.(y no critiques al que te conviene, jodio).
Runa -
jorge -
Hermano Mero -
jorge -
jorgebs2 -
Hermano Mero -
De puta madre...
Hermano Mero -
Para los niños que puedan estar leyéndonos.
A ver, promero; NUNCA hay que comprar material de escalada de segunda mano, porque no sabemos si lo han maltratado (por ejemplo, ese arnes comprado en un mercadillo por Jorge, ¿como sabe que no lo han lavado con lejía).
Segundo. Mosquetones, y demás ferralla de escalada, debe ser DESECHADA después de haberse golpeado de forma considerable (como es el caso de mi grigri, que bajo rebotando por la pared desde una altura de unos 25 metros... buaaaahhhh)... Aunque tengan buen aspecto, pueden estar dañados de forma interna, de lo que nos enteraríamos precisamente en el momento más inoportuno.
anakin -
Hermano Mero -
jorge -
En consonancia con tan aurdo tema dedicado al deterioro de piedras en sendas de montaña, tan solo comentar que simple y llanamente, amonomejoa macho. Creo que la madre naturaleza se puede permitir en estos momentos que la gente camine por las pedreras ie los cantos uotia!. Orzowei nos protege muchachosss!!!!