La hibernada de las ballenas grises
La península de la Baja California es una de las más extensas del mundo. Los cartógrafos pensaron que se trataba de una isla durante casi un siglo y medio, y esta tierra alargada, dura y de una belleza poco común, hogar de las míticas amazonas negras de la reina Califia, es uno de los mejores lugares del mundo para contemplar ballenas en libertad. En invierno, y tras recorrer unos 18.000 kilómetros desde los mares polares, en sus aguas se concentran una gran cantidad de ballenas grises, fieles a su ciclo reproductivo anual en estas aguas mucho más cálidas que las de sus lugares de origen.
Estas tierras fueron durante siglos, y como es lógico, auténtico paraíso de balleneros, que casi lograron acabar con la especie a fuerza de arponazos. Hoy en día, el negocio es de una índole diferente: son multitud los "tour operators" los que organizan viajes para el avistamiento de estos cetáceos; los submarinistas también tienen ocasión de acercarse a ellas, para nadar entre dos aguas con estos colosos que pueden alcanzar los 15 metros de longitud y las 300 toneladas de peso.
Las ballenas grises realizan migraciones siguiendo la línea de la costa desde los mares de Behring, Chukchi y Beaufort, donde se alimentan durante el verano, hasta la Península de la Baja California y el Golfo de California. Se concentran principalmente en las lagunas Ojo de Liebre, San Ignacio, y en el complejo lagunar de Bahía Magdalena, de diciembre a abril. En el Golfo de California se pueden encontrar, principalmente, en el área de Yavaros, Sonora, y en la bahía de Santa María en Sinaloa.
Esta especie habita aguas poco profundas de la plataforma marina, y son fundamentalmente costeras. Existió un banco de ellas en el noroeste del Pacífico, distinto a éste que estamos hablando, que fué cazado casi hasta su extinción, y que permanece casi agotado, con unos 50 ejemplares en estado reproductivo. En cuanto a la población que habitaba en el Atlántico Norte, fue extinguida por la caza ya en el siglo XVII. El banco del Pacífico noreste, que es el que se reproduce en la Baja California, se ve afectado por la pérdida y la degradación de su hábitat, especialmente por el desarrollo humano alrededor de sus zonas de crianza.
Las zonas de avistamiento de estos cetáceos se distribuyen en una franja de unos 300 kilómetros de costa. Sus lugares preferidos son la bahía de San Sebastián Vizcaíno (donde está la laguna Ojo de Liebre, con unas 700 ballenas), la bahía de San Ignacio y el puerto López Mateos. En estas aguas templadas, con temperaturas en torno a los 18 grados centígrados, se desarrollan las ceremonias de apareamiento y el nacimiento de las crías. El ciclo dura de 12 a 13 meses, y durante todo ese tiempo los machos mejor dotados compiten entre sí por el apareamiento con las hembras más fértiles. A pesar de la gran cantidad de turistas que visitan la zona por estas fechas, las ballenas se muestran amistosas y en ocasiones hasta se dejan tocar.
Avistar ballenas, y ya no hablemos bucear con ellas, es una experiencia alucinante, que roza lo místico (os lo digo por experiencia). Aquí os mando un enlace, al cual pertenece la fotografía que ilustra este reportaje, por si os animáis!!!BAJA EXPEDITIONS
Estas tierras fueron durante siglos, y como es lógico, auténtico paraíso de balleneros, que casi lograron acabar con la especie a fuerza de arponazos. Hoy en día, el negocio es de una índole diferente: son multitud los "tour operators" los que organizan viajes para el avistamiento de estos cetáceos; los submarinistas también tienen ocasión de acercarse a ellas, para nadar entre dos aguas con estos colosos que pueden alcanzar los 15 metros de longitud y las 300 toneladas de peso.
Las ballenas grises realizan migraciones siguiendo la línea de la costa desde los mares de Behring, Chukchi y Beaufort, donde se alimentan durante el verano, hasta la Península de la Baja California y el Golfo de California. Se concentran principalmente en las lagunas Ojo de Liebre, San Ignacio, y en el complejo lagunar de Bahía Magdalena, de diciembre a abril. En el Golfo de California se pueden encontrar, principalmente, en el área de Yavaros, Sonora, y en la bahía de Santa María en Sinaloa.
Esta especie habita aguas poco profundas de la plataforma marina, y son fundamentalmente costeras. Existió un banco de ellas en el noroeste del Pacífico, distinto a éste que estamos hablando, que fué cazado casi hasta su extinción, y que permanece casi agotado, con unos 50 ejemplares en estado reproductivo. En cuanto a la población que habitaba en el Atlántico Norte, fue extinguida por la caza ya en el siglo XVII. El banco del Pacífico noreste, que es el que se reproduce en la Baja California, se ve afectado por la pérdida y la degradación de su hábitat, especialmente por el desarrollo humano alrededor de sus zonas de crianza.
Las zonas de avistamiento de estos cetáceos se distribuyen en una franja de unos 300 kilómetros de costa. Sus lugares preferidos son la bahía de San Sebastián Vizcaíno (donde está la laguna Ojo de Liebre, con unas 700 ballenas), la bahía de San Ignacio y el puerto López Mateos. En estas aguas templadas, con temperaturas en torno a los 18 grados centígrados, se desarrollan las ceremonias de apareamiento y el nacimiento de las crías. El ciclo dura de 12 a 13 meses, y durante todo ese tiempo los machos mejor dotados compiten entre sí por el apareamiento con las hembras más fértiles. A pesar de la gran cantidad de turistas que visitan la zona por estas fechas, las ballenas se muestran amistosas y en ocasiones hasta se dejan tocar.
Avistar ballenas, y ya no hablemos bucear con ellas, es una experiencia alucinante, que roza lo místico (os lo digo por experiencia). Aquí os mando un enlace, al cual pertenece la fotografía que ilustra este reportaje, por si os animáis!!!BAJA EXPEDITIONS
3 comentarios
Wendy Flandes -
Runa -
Juanmi -